¿Te acordas, papá?
¿Te acordas, papá? Yo te lo repetía siempre: a mis treinta años voy a estar rodeado de astronautas. Como te me reías. Con cuanta impunidad me pasabas la mano por la cabeza y me despeinabas diciéndome soñador. Y, sin embargo, es así. Tal como imaginaba a los nueve: el dos mil veinte tenía que ser un año donde estuviéramos llenos de astronautas, su nombre lo exigía. Era el año, yo lo sabía. Me sentía un…