Bolsillos
No odio el frío. No soy uno de esos fundamentalistas del clima. Quizá solo prefiera el verano. Sí, el verano con sus remeras de manga corta, musculosas y shorts con bolsillos diminutos, minúsculos. Lo prefiero aun con esos bolsillos inútiles, incapaces de guardar cualquier otra cosa que no sea una o dos monedas. Monedas que quedan sepultadas en el fondo porque la ínfima cavidad no permite más que un dedo, quizá dos. Esos shorts son ideales:…